Ola de calor: ¿Por qué suben las temperaturas en todo el mundo?
El cambio climático ha generado un impacto cada vez más evidente en nuestro planeta. En el mes de julio se ha producido una importante ola de calor en todo el mundo. La misma alcanzó inclusive temperaturas de 65 grados en medio oriente. Este fenómeno puede tener graves consecuencias tanto en la salud de los humanos como en el medioambiente.
La Sociedad Meteorológica Estadounidense define una ola de calor como “un período de clima anormal e incómodamente cálido y generalmente húmedo.” Se han producido varias olas de calor notables durante las últimas dos décadas.
Desde la Revolución Industrial, donde se marcó el comienzo del uso de los combustibles fósiles, el mundo ya se ha calentado un promedio de 1,2 grados. Según los estudios, se estimaba que el ascenso de temperatura a 1,5 grados no llegaría hasta al menos el año 2030. Sin embargo, estos últimos acontecimientos parecen demostrar lo contrario.
Asimismo, es importante comprender que el calor es energía. Más calor en la atmósfera significa que hay más energía para impulsar eventos climáticos extremos. La combinación de más energía térmica y una circulación atmosférica propicia ha hecho que los eventos climáticos extremos sean menos comunes, pero más intensos.
Este incremento de la temperatura se debe principalmente a las emisiones de dióxido de carbono por parte de las actividades humanas. Entre ellas el uso de automóviles, combustibles, la explotación de recursos naturales, etc.
¿Cuáles son las consecuencias del aumento de temperatura?
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Las intensas olas de calor marino pueden destruir la
mayoría de los arrecifes de coral del mundo.
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Los días más cálidos evaporan más humedad del suelo,
secando la vegetación. Esto puede tener consecuencias graves tales como pérdidas
en la agricultura e incendios forestales.
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Las altas temperaturas pueden causar estrés térmico en el
cuerpo humano, provocando golpes de calor, deshidratación, insolación y otros
problemas de salud graves.
¿Qué podemos hacer nosotros?
· Fomentar la plantación de árboles y vegetación adecuada según la geografía en la que nos encontramos. Los árboles son nuestros principales amigos para cubrirnos del sol y mantenernos más frescos.
· Usar el agua de forma más responsable, dado que este recurso es indispensable en el calor extremo, debemos cuidarlo inclusive aún más.
· Reducir la huella de carbono: para controlar el cambio climático debemos comenzar por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos gases son los encargados de calentar la temperatura normal de la tierra.
Cada paso que demos, por pequeño que parezca, cuenta en la lucha contra el cambio climático y las olas de calor. Juntos, podemos proteger nuestro hogar, nuestro planeta, para las generaciones venideras.
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